Publicado en BabyShower, Eventos, mesa dulce

Una BabyShower muy especial

Normalmente la organización de una BabyShower suele partir de las amigas de la futura mamá, pero en este caso, y aunque no soy de contar mis cosas por aquí, la embarazada era yo y no se me ocurría mejor excusa, para juntar a mis amigas en una tarde, así que me puse manos a la obra.

Lo primero fue intentar encontrar un sitio, cercano, sin desplazamientos, donde poder estar un ratito solas, sin que nadie nos molestara, dónde poder hablar, contarnos cosas, recordar anécdotas de sus embarazos, partos, de cómo es ser mamá y de como sin darnos cuenta, nos parecemos más a las nuestras de lo que jamás imaginamos…

Una vez decidido el sitio, en este caso fue Pura Vida, había que pensar en la decoración y en el rincón especial que quería prepararles para dar la bienvenida a mí bebé.

Como soy una apasionada de los globos, contacté con mi amiga Nuria, de Qué Celebramos? Para que me hiciera una guirnalda gigante de globos que abrazaría la mesa que tenía en mente preparar. Nunca había hecho una así, pero con su maestría y mis ideas locas, conseguimos el efecto WoW que esperaba. Además y como sorpresa me traía un globo cochecito de bebé con el que me preparó un bonito centro de mesa.

Para la ocasión y teniendo una amiga celíaca, todos los dulces, desde las chuches, el brownie, la tarta fueron especialmente pensados y realizados para que no hubiera ningún problema y todas pudieran disfrutarlos, de este modo ninguna tuvo porqué sentirse distinta al resto.

En la mesa había un libro de firmas, el mismo que mis amigas me habían encargado y regalado para mi boda (sobraban miles de hojas), y me pareció la mejor manera de continuar rellenando esas páginas, con los buenos deseos, en un libro en el que dar continuidad a nuestra historia…

Pasamos una tarde súper agradable, aunque la climatología no acompañara, pero estar rodeada de tus amigas, esas con las que no quieres que pasen las horas tan rápido, que aunque nos cueste quedar, al final cuando lo hacemos, lo que nos cuesta es separarnos, por esos momentos que no hay dinero que los pague, por ellas, merece la pena subirse a una mesa, con una barriga de 8 meses, para decorar y animar una tarde de mayo que más bien parecía noviembre…